viernes, 30 de mayo de 2008

O comes o te comen.

Durante toda tu vida te va a encontrar una serie de personajes, de actitudes, de formas de entender la vida de lo más variado que te puedas imaginar. No me refiero a nada superficial (algún día hablaré del concepto de "personalidad" actual, patrocinada por pullandbear).

Me refiero a que habrá veces que coincidas en la forma de pensar con alguien, y otras no. Otras podrás disimular su presencia, otras la propia presencia te constituirá un problema.

Bien, la siguiente idea es sobre aquello de "no te pongas a su mismo nivel". Tonterías. Si eres capaz de tener razón eres capaz de reducirte a su nivel todo lo que quieras. Es mucho más divertido.

Para sintetizar un poco todo... es hora de ponerle más actitud a todo lo haces/dices con respecto a los demás. Flípate. Creete capaz de lo mejor sabiendo que también eres capaz de lo peor. O comes o te comen.

jueves, 29 de mayo de 2008

Te preocupas demasiado.

La vida no es perfecta (por eso es tan divertida).
Los autobuses no tienen porqué llegar a la hora.
No tienes porqué saber siempre donde tienes las llaves, cuando las necesitas.
La gasolina se agota.
La batería del móvil puede gastarse en cualquier momento.
Los ordenadores se estropean.
Llueve cuando tiene que llover.
La comida caduca.
Las fotos salen borrosas.
Las personas discuten, se pelean, vuelven a discutir y luego vuelven a pelear.
Las personas mueren, los amigos olvidan, las parejas se rompen, y las parejas te rompen.

La vida no es perfecta. Acéptalo de una puta vez y deja de preocuparte cada vez que algo no sale como quieres.

qué tienes, qué pierdes, y qué merece la pena.

"El dinero es intangible" decían en un corto sobre un atracador de bancos.

Realmente el dinero no vale nada. No digo que no sirva, o que no cueste conseguirlo, o que no mueva al mundo. No voy de "anárkico" "punki" y demases revolucionarios de palo. Sólo digo que al final, lo que cuenta no es eso.

Cuando una sensación se pueda tasar, medir, vender, subir de precio, y luego comprar, entonces este post quedará desfasado. Hasta entonces sigo diciendo que el dinero no vale nada. Al fin y al cabo, y hablo de mis experiencias, el fin último debería ser feliz, y lo que es a mí, unas zapatillas no me hacen verdaderamente feliz. La expresión de alguien, sí.

Bien, llámame soñador, mentalmente divergente, o gilipollas, pero me niego a que unas zapatillas nuevas me alegren el día. Hipócrita también me vale.