Mi congelador.

Nota: hubo una vez en que mi congelador fue confundido y nominado freezer. No profundizaré en aquel sacrilegio.


Este es mi congelador. No suelo tener todos los aspectos de mi vida tan ordenados, así que me siento orgulloso de presentarlo en sociedad.

En primer lugar destaca en una posición de importancia casi una barra entera de pan. Casi una barra: lo suficiente para no tirarla pero demasiado como para acompañar un huevo frito. Creo que voy ahora mismo a ponerla a descongelar, me sirve para un bocata.

Destaca un segundo elemento conocido, un bote con escarcha que reza en una simpática etiqueta: "salsa de tomate casera". Si el lector se fija el bote fue abierto, por lo tanto, ¿sigue conteniendo salsa casera? indefectiblemente se le ha dado un nuevo uso, el de contener salsa de tomate aún más casera.

Encima del pan yace una bolsa de coloristas colores. Patatas congeladas en su interior, esperando sucumbir al calor del "aceite de freir" (literal).

Un cuarto elemento a destacar, las gambas. Del omnipresente capitán pescanova, que se note que tengo pasta. Es conveniente decir que la gambas, lejos de ser un manjar para paladares exclusivos, son incriblemente faciles de hacer, y bastante agradecidas en algunos momentos.

Queda aún un elemento importante. Centros de merluza congelados. Mi comida de hoy, a la espera de una guarnición atrevida y alocada. Guisantes quizás.

Ya para terminar, aclarar que los continentes de tapa azul son comidas caseras maternas, y tras ellos el vacío más absoluto. Quizás una hamburguesa esperando ser descubierta, o unos paninis de atún y beicon. Nadie lo sabe con certeza.


Comentario (que no viene a cuento) que escuché el Jueves:
- Yo soy rockero y tal, a veces voy al jendrix, otras...
- Jendrix? ese no era el que tocaba con la boca?

Bonus: Arte a "Siempre Precios Bajos (mercadona)"